• Desarrolla la capacidad creadora y el pensamiento divergente.
  • Potencia la inteligencia intrapersonal e interpersonal.
  • Crea un puente entre lo individual y lo colectivo: favorece el sentimiento de unión con los demás desde la creación colectiva y el compartir emocional.
  • Favorece la empatía y apertura de corazón.
  • Promueve la creación de un clima de apoyo, igualdad, tolerancia y respeto, libre de juicios.
  • Favorece el desarrollo integral al trabajar con el hemisferio derecho: potencia la intuición, sensibilidad, espontaneidad y creatividad.
  • Desarrolla las competencias y habilidades sociales, corporales y psicológicas/emocionales.
  • Permite desarrollar un autoconcepto ajustado, mejorando el autocuidado y  la autoestima.
  • Ayuda a ganar confianza y seguridad en uno mismo, en los demás y en el mundo.
  • Favorece las relaciones personales sanas e igualitarias.
  • Aumenta la motivación, la vitalidad y la ilusión por la vida.
  • Favorece el saber estar y disfrutar del presente, aquí y ahora, aumentando la capacidad de atención,  concentración y relajación.
  • Reduce la angustia, la ansiedad y el estrés.
  • Aumenta la paz interior, la salud y el bienestar.
  • Genera  un clima de colaboración y confianza entre la escuela y la familia, para que se dé un trabajo en equipo.
  • Aporta  soluciones para resolver problemas de relación, de aprendizaje y de conducta.
  • Promueve el conocimiento de la naturaleza del niño y sus estados evolutivos para educar desde la globalidad del niño, equilibrando todas sus capacidades, sus potencialidades y su voluntad.