Un espacio para sanar desde una mirada amable, compasiva y con respeto a tu propio ritmo
Regular tu sistema nervioso y habitar tu cuerpo con más presencia y seguridad. A sentirte en casa en ti misma, cuidando tu mundo interno con recursos que te den calma y estabilidad.
Transformar los patrones dañinos y relacionarte desde tu verdad, poniendo límites claros y priorizándote sin culpa y con placer.
Construir una relación más compasiva y amorosa contigo misma, transformando la exigencia y el juicio, en aceptación y amor propio.
Resignificar y abrazar tu historia completa, darle un nuevo sentido, dignificarla. Reconectando con tu niña interior desde el auto-maternaje y la reparación emocional para sanar de raíz el trauma.
Tengo 47 años y llevo más de 25 años acompañando procesos de vida, y puedo decir que siento que lo que verdaderamente sana es el vínculo y la mirada compasiva, respetuosa y amable. Sanan los espacios que son un lugar seguro donde poder ser auténticamente quienes somos, donde reconectar con las partes que fueron dañadas y esta vez hacerlo acompañada y como hubieras necesitado. Sana la práctica somática para sacar del cuerpo las memorias de dolor y soltar el trauma. Y también donde poder desplegar toda la belleza y capacidad creadora que nos habita, perdiendo el miedo a los propios talentos y dones. Sana SENTIRNOS A SALVO para poder florecer en verdad.
Mi historia personal está marcada por el trauma, el miedo, la sensación de no encajar y no ser suficiente. Por muchos años viví huyendo del miedo desde una coraza de mujer fuerte, con mucha exigencia y autocrítica, con un cuerpo deshabitado en el que no me sentía segura ni podía confiar en los vínculos.
Mi historia fue el motor de una intensa búsqueda que hoy da como fruto quien soy y cómo puedo acompañarte a desplegar tu potencial y a sentirse suficiente y a salvo. Fue clave en mi proceso volver a encontrarme con mi niña interior y darle lo que no tuvo: escucha, compasión y un lugar seguro y amoroso dentro de mí.
Hace cinco años fui madre, un torbellino que me ha abierto al amor más profundo e incondicional, también soy maestra especialista en pedagogía Waldorf y puedo acompañarte si necesitas apoyo en la maternidad y crianza (maternar es volver a encontrarnos con la niña que fuimos…)
Hoy acompaño procesos desde un lugar integral: cuerpo, mente, emoción y alma. Porque sé lo que es sentirse rota… y también sé que es posible reconstruirse desde la raíz, con respeto, validando tu historia, con paciencia y grandes dosis de ternura y cariño.
Si has llegado hasta aquí, bienvenida, estás dando un paso muy valiente hacia ti y te tiendo mi mano para que no lo recorras sola.